martes, 15 de noviembre de 2011

El poeta y sus fantasmas



(Reconciliándome con mi Blog)





Tras un repliegue emocional intempestivo, el poeta se ha visto en la inminente necesidad de resguardarse en la trinchera por algún tiempo. Por un lado la batalla no ha terminado, bombardeos, despliegue de efectivos: avanzadilla. Las tropas del convencionalismo apático han conseguido sitiar la realidad creativa del frente principal y las bajas han sido considerables. Por otra parte la moral de los combatientes (incluida la del poeta) ha optado por extinguirse violentamente; en lugar de consumarse lenta e inexorablemente con el tiempo. De esto han trascurrido ya seis meses. El conflicto ha reducido su tono, mas no cesa.

Pero el tiempo es un gran maestro y ha conseguido macerar las derrotas. Ahora el poeta está de pie, está de vuelta. Ha analizado a profundidad el problema, lo ha estudiado y ha resuelto afrontarlo de nuevo. Ha pasado por Tuareg, por el Temple, por el Último, por el Péndulo, por el Cementerio y continúa su andar. Se ha reconciliado con sí mismo y las circunstancias más adversas han calado de tal forma en su voluntad, que está convencido de que aun tiene mucho por lo que luchar. Aun puede escribir. El poeta renace galante, decidido, inquebrantable. El poeta ha eludido a sus fantasmas y desde hoy está consciente de aquel elemento que junto a su ilusión, lo asistirá para siempre en la superación de presentes y futuras querellas, (cita el poeta a su mentor) el Amor que mueve el sol y las demás estrellas.





Quito, 15 de Noviembre de 2011

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