domingo, 25 de abril de 2010

La Voluntad Latinoamericana


Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer
una cosa, no encuentra trabas a su voluntad.

Thomas Hobbes


En una época socio-cultural en la que los pocos cimientos del pensamiento sudamericano se ven amenazados por el “relativismo” y la corriente globalizadora intenta arrasar con la mínima identidad nacional que nos queda, la juventud de América Latina parece haber cedido en la batalla y se está viendo afectada por un fenómeno apático que amenaza la administración de nuestro continente. Salvo contados casos de focos intelectuales y por supuesto de figuras políticas extremistas, que no se han destacado por sus aportes éticos, sociales y políticos sino por sus fatuos discursos e incompresible actitud, parece que el estancamiento del desarrollo de Sud América se debe a la falta de interés de sus habitantes.

Si bien países como Chile, Argentina, Brasil e incluso Colombia han comprendido que el desarrollo debe estar en estrecha relación con el afán de cada uno de los hombres y mujeres que forjan la sociedad de dichas naciones, aun no se ha generalizado la idea de que el progreso está fundamentado solamente en la voluntad. Hemos optado por darle la espalda a la administración de nuestros estados y solo criticarlos ratificando la teoría de que “En Latinoamérica nadie tiene la culpa pero todo marcha mal”

¿Son entonces fundamentas las críticas y los adjetivos que nos han dado los países desarrollados? ¿Es verdad que nunca sanarán las “Venas abiertas de América Latina”? Pues definitivamente el voto dirimente en este dilema lo sustenta la juventud que por desgracia ha optado por actividades “extracurriculares” que nos alejan cada vez más de la actividad académica y que empañan la visión a futuro de una región que no encuentra consensos. Por lo tanto la responsabilidad ya no recae en nuestras autoridades ni gobernantes sino en nuestro aparato productivo y en el núcleo social mediante el cual se fomenta el trabajo y los valores como responsabilidad, incorruptibilidad, respeto y principalmente interés de parte de los futuros actores de esta realidad. La composición social es la unión de las múltiples variables humanas que necesitan una de la otra, pues como lo menciona el hombre que enseño a pensar a Occidente: El que no puede vivir en sociedad o no necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de la ciudad, sino una bestia o un Dios.

Es tarea de cada ciudadano de estas naciones comprender que han pasado 500 años ya de la conquista, que los pretextos se están agotando y que América Latina va a cambiar simplemente cuando queramos que cambie. Recordemos al filósofo espiritual Jiddu Krishnamurti cuando decía “Pero todo depende de ti y de nadie mas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario